La historia del café

Granos de café

No hay países en el mundo en los que se beba más café que en Finlandia: una media de 11,6 kg por persona y año. En España tenemos un consumo reducido de 4,5 kg, lo cual es un 250% menos que en Finlandia y por debajo de la media europea.

Una de las razones para el consumo de café son las condiciones climáticas. En los países del Norte hace más frío y en el sur hace más calor, por lo que no hay tanta necesidad de recurrir a un café calentito, aunque sí tenemos la costumbre de tomarlo después de la comida.

¿Hay países dónde beben menos? Claro que los hay, en estos países no tienen una cultura alrededor de la cafeína: Uzbekistán, Kenia, Pakistán, Nigeria y China beben muy poco, menos de 0,01kg por persona al año.

¿Cómo el café obtuvo su nombre?

Hay muchas teorías sobre el origen de la palabra ¨café¨. En una de ellas cuentan que todo empezó en Etiopía, donde tenía el nombre ¨kaffa¨. Visto que en estas regiones hablaban 82 idiomas también podía ser ¨bun¨ o ¨kawa¨ los cuales pueden referirse a las provincias Buno y Kaffa.

Según otra teoría desde la antigua palabra arábica ¨qahwah¨, que significa ´bebida emocionante´ pero también ´vino´. El último está prohibido para los musulmanes que en su lugar tomaban café, al cual cada vez más lo llamaban ¨vino del islam¨.

Desde ´qahwah´ en Arabia, pasaba por Turquía como ´kahve´ y después como ´caffé´ y ´café´ en Europa.

El inicio

Por primera vez el café se nombró en el siglo IX, en Etiopia en el más tarde conocido reino de Kaffa. Pero, probablemente conocieron el café ya mucho antes.

La historia más conocida está escrita en 1671 por un monje, y dice que un cabrero se quejaba a los monjes de que su rebaño no descansaba nunca. Los animales saltaban toda la noche, bailando como locos y sin cansancio ninguno. Los monjes pensaban que estaría relacionado con la comida y después de mucho observar se dieron cuenta de que las cabras comían de un arbusto con flores blancas y frutas como cerezas. Lo llevaron al monasterio y elaboraron una infusión, la cual bebieron y se dieron cuenta de que podían quedarse despiertos toda la noche, cosa que les venía bien a los que necesitaban orar y velar a esas horas. Los huesos de las frutas se comercializaron y así fue como llegó al lejano oriente.

Desde Etiopia pasando por el Mar Rojo llegó la planta a Yemen, donde muchos peregrinos en su viaje a la Meca lo llevaron y distribuyeron por todo el mundo, empezando en el siglo XVI con las primeras casas de café.

En Europa los primeros escritos sobre café son de 1592 y fue en 1615 cuando la primera carga de granos llegaba a Venecia. El Papa Clemente VIII bautizó el café en 1605 justo antes de morir, convirtiéndolo en una ¨verdadera bebida cristiana¨. En 1645 abrieron la primera casa de café en Venecia.

Alternativos

Es bien sabido que la necesidad agudiza el ingenio. En el siglo XVII se empezó a hacer un sustituto del café con las raíces del ¨cichorei¨. Esta costumbre es también la razón por la que hoy en día en nuestras ensaladas ponemos achicoria y rábano.

Otra variante era café de cebada tostada y malta, llamado ¨Mockefuck¨ en Alemania.

Con el ojo en los precios altos de los granos de café empezaba a ser usual utilizar el café molido doble. La segunda infusión se llamaba ¨café de flores¨, porque era tan flojo que podrías ver el patrón de las flores de la taza a través del café.

Café y la salud

En los últimos decenios la ciencia ha investigado mucho sobre los efectos del café en la salud. Muchos mitos sobre su nocividad han sido desmentidos.

Aunque justo después de tomarlo sube la presión sanguínea, en largo plazo casi no hay efecto. Supuestamente, tomar de tres a cinco cafés al día protege contra arteriosclerosis, contrarrestan la tendencia a la diabetes y mejora la sensibilidad a la insulina de las células.

El riesgo de tener problemas de corazón no se incrementa por beber café. Además, hay indicaciones de que la absorción de cafeína no solo baja el riesgo de padecer Esclerosis Múltiple, sino también el de sufrir Parkinson o Alzheimer y no incrementa el riesgo de padecer cáncer. El WHO en 2016 ha etiquetado el café como no carcinógeno. Tampoco es correcta la idea de que deshidrata. Si bebes café, proporcionas líquido al cuerpo. Principalmente en deportes de resistencia puede ayudar en la mejora del rendimiento.

Funciona también como calmante para el dolor de cabeza y ayuda a la digestión.

Hoy en día

En casi todo el mundo se puede conseguir un buen café de máquina: tanto en casa, como en el bar como en máquinas vending, pero el paladar en cada rincón del mundo es distinto. Por ejemplo, en Holanda un café es sobre todo largo y aguado, aquí en España nos gusta más un café corto, fuerte y amargo mientras que en Italia el capuchino es el rey.

Independientemente de donde estés o dónde vayas, en la calle, en empresas o colegios, por ejemplo, la técnica de tener un buen café en el momento en que te apetezca ha sido desarrollada y está siempre cerca para poder disfrutar de ¨ Tu momento - Your moment¨. Si aún no tienes una máquina cerca, contáctanos para su instalación y así alegramos tu día a día, cada día con un vaso de ¨oro negro¨.